viernes, 31 de marzo de 2023

Un equipo de astrónomos observa el nacimiento de un cúmulo muy distante de galaxias del universo temprano

Un equipo de astrónomos observa el nacimiento de un cúmulo muy distante de galaxias del universo temprano

29 de Marzo de 2023

Utilizando el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), del cual ESO es socio, un equipo de astrónomos y astrónomas ha descubierto un gran reservorio de gas caliente en el cúmulo de galaxias aún en formación que se encuentra alrededor de la galaxia Telaraña, la detección más distante de este tipo de gas caliente hasta la fecha. Los cúmulos de galaxias son algunos de los objetos más grandes conocidos del Universo y este resultado, publicado hoy en Nature, revela en mayor profundidad cuán temprano comienzan a formarse estas estructuras.

Los cúmulos de galaxias, como su nombre indica, albergan una gran cantidad de galaxias, a veces incluso miles. También contienen un vasto “medio intracúmulo" (ICM por sus siglas en inglés, Intracluster Medium) de gas que impregna el espacio existente entre las galaxias del cúmulo. Este gas, de hecho, se extiende más allá de las propias galaxias. Gran parte de la física de los cúmulos de galaxias es bien conocida; sin embargo, siguen siendo escasas las observaciones de las primeras fases de formación del ICM.

Anteriormente, el ICM solo se había estudiado en cúmulos de galaxias cercanos completamente formados. La detección de ICM en protocúmulos (es decir, cúmulos de galaxias aún en formación) situados a gran distancia, permitiría a la comunidad astronómica captar estos cúmulos en las primeras etapas de formación. Un equipo dirigido por Luca Di Mascolo, primer autor del estudio e investigador de la Universidad de Trieste (Italia) buscaba detectar el ICM en un protocúmulo de las primeras etapas del Universo.

Los cúmulos de galaxias son tan masivos que pueden reunir gas que se calienta a medida que cae hacia el cúmulo. "Las simulaciones cosmológicas han predicho la presencia de gas caliente en protocúmulos durante más de una década, pero faltaban confirmaciones observacionales", explica Elena Rasia, investigadora del Instituto Nacional Italiano de Astrofísica (INAF) en Trieste (Italia), y coautora del estudio. "La búsqueda de una confirmación observacional clave nos llevó a seleccionar cuidadosamente uno de los protocúmulos candidatos más prometedores”. Se trataba del protocúmulo de la Telaraña, ubicado en una época en la que el Universo tenía solo 3.000 millones de años. A pesar de ser el protocúmulo más estudiado, la detección del ICM había sido infructuosa. Encontrar una gran reserva de gas caliente en el protocúmulo Telaraña indicaría que el sistema está camino de convertirse en un duradero y estable cúmulo de galaxias en lugar de dispersarse.

El equipo de Di Mascolo detectó el ICM del protocúmulo Telaraña a través de lo que se conoce como el efecto térmico Sunyaev-Zeldovich (SZ). Este efecto ocurre cuando la luz del fondo cósmico de microondas (la radiación remanente del Big Bang), pasa a través del ICM. Cuando esta luz interactúa con los electrones que se mueven rápidamente en el gas caliente, gana un poco de energía y su color, o longitud de onda, cambia ligeramente. "En las longitudes de onda correctas, el efecto SZ aparece como un efecto de sombra de un cúmulo de galaxias sobre el fondo cósmico de microondas", explica Di Mascolo.

Al medir estas sombras en el fondo cósmico de microondas, la comunidad astronómica puede inferir la existencia del gas caliente, estimar su masa y mapear su forma. "Actualmente, gracias a su incomparable resolución y sensibilidad, ALMA es la única instalación capaz de realizar una medición de este tipo de los distantes progenitores de cúmulos masivos", afirma Di Mascolo.

Determinaron que el protocúmulo Telaraña contiene una vasta reserva de gas caliente a una temperatura de unas pocas decenas de millones de grados centígrados. Anteriormente, se había detectado gas frío en este protocúmulo, pero la masa del gas caliente encontrado en este nuevo estudio lo supera miles de veces. Este hallazgo muestra que el protocúmulo Telarañas va camino de convertirse en un cúmulo de galaxias masivo en alrededor de 10.000 millones de años, aumentando su masa en, al menos, un factor de diez.

Tony Mroczkowski, coautor del artículo e investigador de ESO, explica que "este sistema presenta enormes contrastes. El componente térmico caliente destruirá gran parte del componente frío a medida que el sistema evolucione, y estamos presenciando una transición delicada". Concluye declarando que “proporciona confirmación observacional de predicciones teóricas mantenidas durante mucho tiempo sobre la formación de los objetos gravitacionalmente ligados más grandes del Universo".

Estos resultados ayudan a sentar las bases para las sinergias entre ALMA y el próximo Extremely Large Telescope (ELT) de ESO, que "revolucionará el estudio de estructuras como esta", afirma Mario Nonino, coautor del estudio e investigador del Observatorio Astronómico de Trieste. El ELT y sus instrumentos de última generación, como HARMONI y MICADO, podrá observar los protocúmulos y revelarnos más sobre las galaxias que contienen con gran detalle. Junto con las capacidades de ALMA para rastrear el ICM en formación, esto proporcionará una visión crucial del ensamblaje de algunas de las estructuras más grandes del universo temprano.

Información adicional

Este trabajo de investigación fue presentada en el artículo "Forming intracluster gas in a galaxy protocluster at a redshift of 2.16", que aparece en Nature (doi: 10.1038/s41586-023-05761-x).

El equipo está compuesto por Luca Di Mascolo (Unidad de Astronomía, Universidad de Trieste, Italia [UT]; INAF – Observatorio Astrofísico de Trieste, Italia [INAF Trieste]; IFPU – Instituto de Física Fundamental del Universo, Italia [IFPU]); Alexandro Saro (UT; INAF Trieste; IFPU; INFN – Sede de Trieste, Italia [INFN]); Tony Mroczkowski (Observatorio Europeo Austral, Alemania [ESO]); Stefano Borgani (UT; INAF Trieste; IFPU; INFN); Eugene Churazov (Instituto Max-Planck de Astrofísica, Alemania; Instituto de Investigaciones Espaciales, Rusia); Elena Rasia (INAF Trieste; IFPU); Paolo Tozzi (INAF – Observatorio Astrofísico de Arcetri, Italia); Helmut Dannerbauer (Instituto de Astrofísica de Canarias, España; Universidad de La Laguna, España); Kaustuv Basu (Instituto Argelander de Astronomía, Universidad de Bonn, Alemania); Christopher L. Carilli (Observatorio Nacional de Radioastronomía, EE.UU.); Michele Ginolfi (ESO; Departamento de Física y Astronomía, Universidad de Florencia, Italia); George Miley (Observatorio de Leiden, Universidad de Leiden, Países Bajos); Mario Nonino (UT); Maurilio Pannella (UT; INAF Trieste; IFPU); Laura Pentericci (INAF – Observatorio Astronómico de Roma, Italia); Francesca Rizzo (Centro Cosmic Dawn, Dinamarca; Instituto Niels Bohr, Dinamarca).

El conjunto ALMA, (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) es una instalación astronómica internacional fruto de la colaboración entre ESO, la Fundación Nacional para la Ciencia de EE.UU. (NSF, National Science Foundation) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS, National Institutes of Natural Sciences) en cooperación con la República de Chile. ALMA está financiado por ESO en nombre de sus países miembros; por la NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRC, National Research Council) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MOST, Ministry of Science and Technology), y por el NINS en cooperación con la Academia Sínica (AS) de Taiwán y el Instituto de Astronomía y Ciencias Espaciales de Corea (KASI, Korea Astronomy and Space Science Institute). La construcción y operaciones de ALMA están lideradas por ESO en nombre de sus países miembros; por el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO, National Radio Astronomy Observatory), gestionado por Associated Universities, Inc. (AUI), en representación de América del Norte; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ, National Astronomical Observatory of Japan) en representación de Asia Oriental. El Observatorio Conjunto ALMA (JAO, Joint ALMA Observatory) proporciona al proyecto la unificación tanto del liderazgo como de la gestión de la construcción, puesta a punto y operaciones de ALMA.

El Observatorio Europeo Austral (ESO) pone a disposición de la comunidad científica mundial los medios necesarios para desvelar los secretos del Universo en beneficio de todos. Diseñamos, construimos y operamos observatorios de vanguardia basados en tierra -utilizados por la comunidad astronómica para abordar preguntas emocionantes y difundir la fascinación por la astronomía- y promovemos la colaboración internacional en astronomía. Establecida como organización intergubernamental en 1962, hoy ESO cuenta con el apoyo de 16 Estados Miembros (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza), junto con Chile, país anfitrión, y con Australia como socio estratégico. La sede de ESO y su planetario y centro de visitantes, el ESO Supernova, se encuentran cerca de Múnich (Alemania), mientras que el desierto chileno de Atacama, un lugar maravilloso con condiciones únicas para observar el cielo, alberga nuestros telescopios. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope junto con su interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer), así como dos telescopios de rastreo: VISTA, que trabaja en el infrarrojo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT), que rastrea en luz visible. También en Paranal, ESO albergará y operará el Cherenkov Telescope Array South, el observatorio de rayos gamma más grande y sensible del mundo. En Chajnantor, junto con socios internacionales, ESO opera APEX y ALMA, dos instalaciones que observan los cielos en el rango milimétrico y submilimétrico. En Cerro Armazones, cerca de Paranal, estamos construyendo "el ojo más grande del mundo para mirar el cielo": el Telescopio Extremadamente Grande de ESO (ELT, Extremely Large Telescope). Desde nuestras oficinas en Santiago (Chile), apoyamos el desarrollo de nuestras operaciones en el país y nos comprometemos con los socios chilenos y con la sociedad chilena.

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Descubren uno de los mayores agujeros negros observados hasta ahora: 30.000 millones de masas solares

Descubren uno de los mayores agujeros negros observados hasta ahora: 30.000 millones de masas solares

El hallazgo fue posible gracias a la combinación del conocido efecto de lente gravitacional y cientos de miles de simulaciones informáticas


JOSÉ MANUEL NIEVES Madrid 29/03/2023 Actualizado a las 13:07h.

Un equipo internacional de astrónomos acaba de hacer público el descubrimiento de uno de los mayores agujeros negros observados hasta ahora, una 'bestia espacial' 30.000 millones de veces más masiva que el Sol. El hallazgo, publicado en 'Monthly Notices of the Royal Astronomical Society', fue posible gracias a la combinación del uso de lentes gravitacionales con simulaciones informáticas en las instalaciones DiRAC HPC de la Universidad de Durham, en Reino Unido.
El equipo, de hecho, utilizó ese conocido fenómeno óptico, en el que una galaxia en primer plano desvía la luz de un objeto más distante y la aumenta, como si de una lupa cósmica se tratara. De este modo, los investigadores midieron la desviación de la luz de una galaxia a cientos de millones de años luz de la Tierra e introdujeron después los datos en el ordenador. El paso siguiente fue realizar cientos de miles de simulaciones de esa luz viajando por el Universo.

viernes, 24 de marzo de 2023

Hallan un nuevo sistema planetario clave para entender la formación de mundos

Hallan un nuevo sistema planetario clave para entender la formación de mundos

Los investigadores afirman que TOI-2096 puede ser la Piedra Rosetta que estaban buscando para entender cómo se forman los sistemas planetarios


EFE Granada Actualizado Miércoles, 22 marzo 2023 - 13:43

Astrónomos del Instituto de Astrofísica de Andalucía y la Universidad de Granada, en colaboración con la NASA, han descubierto un nuevo sistema planetario único en su especie que los investigadores consideran clave para entender los procesos de formación planetaria.
Se trata del denominado TOI-2096, compuesto por una "súper-Tierra" y un "mini-Neptuno" que orbitan una estrella fría y cercana en un baile sincronizado, ha informado este miércoles la Universidad de Granada. [...]
TOI-2096 es el único sistema encontrado hasta la fecha que tiene un planeta pequeño, probablemente rocoso, y uno más grande con el tamaño justo donde todos los modelos se contradicen. De ahí que los investigadores sostengan que TOI-2096 puede ser la Piedra Rosetta que estaban buscando para entender cómo se forman los sistemas planetarios.

Rolls-Royce crea microrreactores nucleares para alimentar una base en la Luna

Rolls-Royce crea microrreactores nucleares para alimentar una base en la Luna

Financiada por la Agencia Espacial del Reino Unido, pretende proporcionar la energía necesaria para que los astronautas vivan en nuestro satélite natural.


ABC CIENCIA Madrid 21/03/2023 Actualizado 22/03/2023 a las 19:34h.

La compañía británica Rolls-Royce quiere volar muy alto. Ha recibido financiación de la Agencia Espacial del Reino Unido para desarrollar unos microrreactores nucleares que proporcionen la energía necesaria para que los humanos vivan y trabajen en la Luna. Según la firma, el ingenio estará listo para ser enviado a nuestro satélite natural en 2029.
Todas las misiones espaciales dependen de una fuente de energía para respaldar los sistemas de comunicaciones, el soporte vital y los experimentos científicos. Según Rolls-Royce, la energía nuclear tiene el potencial de aumentar drásticamente la duración de futuras misiones lunares y su valor científico. Relativamente pequeño y liviano en comparación con otros sistemas de energía, un microrreactor nuclear podría permitir una energía continua independientemente de la ubicación, la luz solar disponible y otras condiciones ambientales.

Clic AQUÍ para seguir leyendo y ver la imagen.

Hallada en un asteroide una de las cuatro letras del ARN, la molécula esencial para la vida

Hallada en un asteroide una de las cuatro letras del ARN, la molécula esencial para la vida

El descubrimiento de uracilo en muestras traídas a la Tierra desde Ryugu refuerza que los compuestos orgánicos fundamentales llegaron a bordo de meteoritos



En diciembre de 2020, una cápsula blindada sobrevivió a la entrada en la atmósfera y se estrelló en un remoto paraje del desierto del sur de Australia. Eran las muestras enviadas por Hayabusa 2. Un tiempo después, los investigadores confirmaron que la nave había recuperado 5,4 gramos prístinos de asteroide. Era el material más antiguo y puro al que había tenido acceso la humanidad.
Los científicos han tomado esa tierra y la han disuelto en agua muy caliente en busca de moléculas orgánicas. Los últimos resultados, publicados hoy en Nature Communications, muestran que Ryugu contiene uracilo, una de las cuatro letras genéticas de las que se compone el ARN. Se piensa que esta molécula complementaria del ADN, aunque más sencilla, pudo ser la primera forma de vida de la Tierra. [...] “Este hallazgo refuerza aún más la hipótesis de que las moléculas orgánicas presentes en meteoritos, asteroides y cometas contribuyeron a la evolución prebiótica de la Tierra temprana y posiblemente al origen de la vida en este planeta”, asegura Yasuhiro Oba, bioquímico de la Universidad de Hokkaido y primer autor del estudio.

Primeros resultados de telescopios de ESO sobre las secuelas del impacto de DART en un asteroide

Primeros resultados de telescopios de ESO sobre las secuelas del impacto de DART en un asteroide


21 de Marzo de 2023

Utilizando el Very Large Telescope (VLT) de ESO, dos equipos de astrónomos y astrónomas han observado las secuelas de la colisión entre la nave DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA y el asteroide Dimorphos. El impacto controlado fue una prueba de defensa planetaria, pero también proporcionó a la comunidad astronómica una oportunidad única para aprender más sobre la composición del asteroide a partir del material expulsado.

El 26 de septiembre de 2022, la nave espacial DART colisionó con el asteroide Dimorphos en una prueba controlada de nuestras capacidades de desviación de asteroides. El impacto tuvo lugar a 11 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, lo suficientemente cerca como para ser observado en detalle con numerosos telescopios. Los cuatro telescopios de 8,2 metros del VLT de ESO, en Chile, observaron las secuelas del impacto, y los primeros resultados de estas observaciones del VLT se han publicado en dos artículos científicos.

"Los asteroides son algunas de las reliquias de material más básicas a partir del cual se crearon todos los planetas y lunas de nuestro Sistema Solar", declara Brian Murphy, estudiante de doctorado de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y coautor de uno de los estudios. Por lo tanto, estudiar la nube de material expulsado tras el impacto de DART puede decirnos cómo se formó nuestro Sistema Solar. "Los impactos entre asteroides ocurren de forma natural, pero nunca se sabe de antemano", continúa Cyrielle Opitom, astrónoma también de la Universidad de Edimburgo y autora principal de uno de los artículos. "DART es una gran oportunidad para estudiar un impacto controlado, casi como si fuera un laboratorio".

Opitom y su equipo siguieron la evolución de la nube de escombros durante un mes con el instrumento Multi Unit Spectroscopic Explorer (MUSE), instalado en el VLT de ESO. Descubrieron que la nube expulsada era más azul que el propio asteroide antes del impacto, lo que indica que la nube podría estar hecha de partículas muy finas. En las horas y días que siguieron al impacto se desarrollaron otras estructuras: cúmulos, espirales y una larga cola empujada por la radiación del Sol. Las espirales y la cola eran más rojas que la nube inicial, por lo que podían estar hechas de partículas más grandes.

MUSE permitió al equipo de Opitom dividir la luz de la nube en un patrón similar al arco iris y buscar las huellas químicas de diferentes gases. En particular, buscaron oxígeno y agua proveniente del hielo expuesto por el impacto. Pero no encontraron nada. "No se espera que los asteroides contengan cantidades significativas de hielo, por lo que detectar cualquier rastro de agua habría sido una verdadera sorpresa", explica Opitom. También buscaron rastros del combustible de la nave espacial DART, pero no encontraron ninguno. "Sabíamos que era una posibilidad remota", afirma, "ya que la cantidad de gas restante en los tanques del sistema de propulsión no habría sido muy grande. Además, parte del mismo ya habría viajado demasiado lejos como para detectarlo con MUSE cuando comenzamos a observar".

Otro equipo, dirigido por Stefano Bagnulo, astrónomo del Observatorio y Planetario de Armagh (Reino Unido), estudió cómo el impacto de DART alteró la superficie del asteroide.

"Cuando observamos los objetos de nuestro Sistema Solar, vemos la luz solar que se dispersa por su superficie o por su atmósfera, que se polariza parcialmente", explica Bagnulo. Esto significa que las ondas de luz oscilan a lo largo de una dirección preferente, en lugar de al azar. "Rastrear cómo cambia la polarización con la orientación del asteroide en relación con nosotros y con el Sol revela la estructura y composición de su superficie".

Bagnulo y sus colegas utilizaron el instrumento FOcal Reducer / Low dispersion Spectrograph 2 (FORS2), instalado en el VLT, para monitorear el asteroide, y detectaron que el nivel de polarización cayó repentinamente después del impacto. Al mismo tiempo, el brillo general del sistema aumentó. Una posible explicación sería que el impacto expuso más material prístino del interior del asteroide. "Tal vez el material excavado por el impacto era intrínsecamente más brillante y menos polarizado que el material presente en la superficie, ya que nunca estuvo expuesto al viento solar ni a la radiación solar", afirma Bagnulo.

Otra posibilidad es que el impacto destruyera partículas de la superficie, expulsando así otras mucho más pequeñas a la nube de escombros. "Sabemos que, bajo ciertas circunstancias, los fragmentos más pequeños son más eficientes para reflejar la luz y menos eficientes para polarizarla", explica Zuri Gray, estudiante de doctorado también en el Observatorio y Planetario de Armagh.

Los estudios realizados por los equipos liderados por Bagnulo y Opitom muestran el potencial del VLT cuando sus diferentes instrumentos trabajan juntos. De hecho, además de MUSE y FORS2, las secuelas del impacto se observaron con otros dos instrumentos del VLT, y el análisis de estos datos está en curso. "Esta investigación aprovechó una oportunidad única cuando la NASA hizo impactar una nave contra un asteroide", concluye Opitom, "por lo que no es posible repetirlo con ninguna instalación futura. Esto hace que los datos obtenidos con el VLT en el momento del impacto sean extremadamente valiosos en lo relacionado con mejorar nuestra comprensión sobre la naturaleza de los asteroides.

Información adicional

La investigación destacada en la primera parte de este comunicado se presentó en el artículo "Morphology and spectral properties of the DART impact ejecta with VLT/MUSE” (Morfología y propiedades espectrales de la eyección del impacto de DART con VLT/MUSE), publicado en la revista Astronomy & Astrophysics (doi: 10.1051 / 0004-6361 / 202345960). La segunda parte de este comunicado se refiere al artículo "Optical spectropolarimetry of binary asteroid Didymos-Dimorphos before and after the DART impact" (Espectropolarimetría óptica del asteroide binario Didymos-Dimorphos antes y después del impacto de DART", publicado en la revista Astrophysical Journal Letters (doi: 10.3847 / 2041-8213 / acb261).

El equipo que realizó el primer estudio está compuesto por C. Opitom (Instituto de Astronomía, Universidad de Edimburgo, Reino Unido [Edimburgh]); B. Murphy (Edimburgh); C. Snodgrass (Edimburgh); S. Bagnulo (Observatorio y Planetario de Armagh, Reino Unido [Armagh]); S. F. Green (Escuela de Ciencias Físicas, The Open University, Reino Unido); M. M. Knight (Academia Naval de los Estados Unidos, EE.UU.); J. de Léon (Instituto de Astrofísica de Canarias, España); J.-Y. Li (Instituto de Ciencias Planetarias, EE.UU.); y D. Gardener (Edimburgh).

El equipo que realizó el segundo estudio está compuesto por S. Bagnulo (Armagh); Z. Gray (Armagh); M. Granvik (Departamento de Física, Universidad de Helsinki, Finlandia [Helsinki], Laboratorio de Ingeniería de Asteroides, Universidad de Tecnología de Luleå, Suecia); A. Cellino (INAF – Observatorio Astrofísico de Torino, Italia); L. Kolokolova (Departamento de Astronomía, Universidad de Maryland, EE.UU.); K. Muinonen (Helsinki); O. Muñoz (Instituto de Astrofísica de Andalucía, CSIC, España); C. Opitom (Edimburgh); A. Penttila (Helsinki) y Colin Snodgrass (Edimburgh).

El Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins construyó y operó la nave espacial DART y administra la misión DART para la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA como un proyecto de la Oficina del Programa de Misiones Planetarias de la agencia. LICIACube es un proyecto de la Agencia Espacial Italiana (ASI), llevado a cabo por Argotec. Para obtener más información sobre la misión DART, visite https://www.nasa.gov/dart o https://dart.jhuapl.edu.

El Observatorio Europeo Austral (ESO) pone a disposición de la comunidad científica mundial los medios necesarios para desvelar los secretos del Universo en beneficio de todos. Diseñamos, construimos y operamos observatorios de vanguardia basados en tierra -utilizados por la comunidad astronómica para abordar preguntas emocionantes y difundir la fascinación por la astronomía- y promovemos la colaboración internacional en astronomía. Establecida como organización intergubernamental en 1962, hoy ESO cuenta con el apoyo de 16 Estados Miembros (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza), junto con Chile, país anfitrión, y con Australia como socio estratégico. La sede de ESO y su planetario y centro de visitantes, el ESO Supernova, se encuentran cerca de Múnich (Alemania), mientras que el desierto chileno de Atacama, un lugar maravilloso con condiciones únicas para observar el cielo, alberga nuestros telescopios. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope junto con su interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer), así como dos telescopios de rastreo: VISTA, que trabaja en el infrarrojo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT), que rastrea en luz visible. También en Paranal, ESO albergará y operará el Cherenkov Telescope Array South, el observatorio de rayos gamma más grande y sensible del mundo. En Chajnantor, junto con socios internacionales, ESO opera APEX y ALMA, dos instalaciones que observan los cielos en el rango milimétrico y submilimétrico. En Cerro Armazones, cerca de Paranal, estamos construyendo "el ojo más grande del mundo para mirar el cielo": el Telescopio Extremadamente Grande de ESO (ELT, Extremely Large Telescope). Desde nuestras oficinas en Santiago (Chile), apoyamos el desarrollo de nuestras operaciones en el país y nos comprometemos con los socios chilenos y con la sociedad chilena.

Las traducciones de las notas de prensa de ESO las llevan a cabo miembros de la Red de Divulgación de la Ciencia de ESO (ESON por sus siglas en inglés), que incluye a expertos en divulgación y comunicadores científicos de todos los países miembros de ESO y de otras naciones.

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viernes, 17 de marzo de 2023

Hallado un gran volcán activo en Venus

Hallado un gran volcán activo en Venus

Unas imágenes de radar tomadas por una sonda en 1991 desvelan una erupción que dobla la del volcán Kilauea de Hawái


NUÑO DOMÍNGUEZ 15 mar 2023 - 18:59 actualizado:15 MAR 2023 - 19:01 CET

En 1991, la sonda Magallanes de la NASA —bautizada en honor al navegante enviado por España en el siglo XVI en la expedición que dio la primera vuelta al mundo— cartografió la superficie de Venus usando un radar. Las señales de radio atravesaron las espesísimas nubes y desvelaron la orografía en tres dimensiones. La humanidad contempló un planeta plagado de volcanes, aunque era imposible saber si estaban activos o eran reliquias geológicas de un pasado remoto.[...]
En las imágenes de la primera pasada, la sonda retrató una fisura volcánica de unos dos kilómetros cuadrados y una profundidad de 175 metros, como un rascacielos de 58 plantas. Cuando la nave volvió a pasar por allí ocho meses después, la grieta había duplicado su tamaño y parecía haberse llenado hasta los bordes de un material que —piensan los científicos— no puede ser otra cosa que lava. [...]
Con estas pruebas, Venus se convertiría en el segundo planeta del sistema solar con volcanismo activo junto a la Tierra. A estos dos se suma Ío, luna de Júpiter, sin duda el cuerpo más activo de todo el sistema solar, donde hay cientos de volcanes que escupen fuentes de lava a varios kilómetros de altura.

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Más información: https://www.abc.es/ciencia/hallan-pruebas-volcanes-venus-activos-20230315203358-nt.html

viernes, 10 de marzo de 2023

La NASA vigila un asteroide que podría impactar contra la Tierra el día de los enamorados de 2046

La NASA vigila un asteroide que podría impactar contra la Tierra el día de los enamorados de 2046

Las probabilidad de impacto es de una entre 600, un riesgo bajo, aunque algo superior al habitual en los asteroides detectados.


Redacción NIUS Madrid 10/03/2023 09:21h.

La NASA ha detectado un nuevo asteroide y lo está monitorizando por las probabilidades de que impacte contra la tierra en el año 2046, según ha informado la agencia espacial.
Se trata de una roca, bautizada como 2023 DW, del tamaño aproximado de una piscina olímpica, con un diámetro de 50 metros. Las probabilidades de colisión van de una entre 600 a una entre 400 y se van actualizando a medida que se tienen más datos. La NASA explica que, aunque se trata de un riesgo superior al habitual en los asteroides que se están vigilando, se trata de "una probabilidad muy pequeña". [...]
En caso de impacto, además, no se trataría de un acontecimiento cataclísmico. Los 50 metros de diámetro de esta roca no son comparables a los 12 kilómetros del asteroide que causó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años. Se trata de un meteoro incluso más pequeño que el que impactó en la localidad rusa de Chelyabinsk en 2013.

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Más información: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2023/03/09/6409d4c6fdddff0a088b45b9.html

Astrónomos descubren un eslabón perdido para el agua del Sistema Solar

Astrónomos descubren un eslabón perdido para el agua del Sistema Solar

8 de Marzo de 2023, Madrid

Utilizando el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), un equipo de astrónomos y astrónomas ha detectado agua en forma de gas en el disco de formación planetaria que rodea a la estrella V883 Orionis. Este agua lleva una firma química que explicaría el viaje del agua desde las nubes de gas de formación estelar hasta los planetas, apoyando la idea de que el agua de la Tierra es incluso más antigua que nuestro Sol.

"Ahora podemos rastrear los orígenes del agua de nuestro Sistema Solar hasta antes de que se formara el Sol", afirma John J. Tobin, astrónomo del Observatorio Nacional de Radioastronomía (EE.UU.) y autor principal del estudio publicado hoy en la revista Nature.

Este descubrimiento se realizó mientras se estudiaba la composición del agua presente en V883 Orionis, un disco de formación planetaria situado a unos 1300 años luz de distancia de la Tierra. Cuando una nube de gas y polvo colapsa, forma una estrella en su centro. Alrededor de la estrella, el material de la nube también forma un disco. En el transcurso de unos pocos millones de años, la materia del disco se agrupa para formar cometas, asteroides y, con el tiempo, planetas. Tobin y su equipo utilizaron el conjunto de antenas ALMA, del que el Observatorio Europeo Austral (ESO) es socio, para medir las firmas químicas del agua y su trayectoria desde la nube de formación estelar hasta los planetas.

Por lo general, el agua consiste en un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno. El equipo de Tobin estudió una versión ligeramente más pesada del agua donde uno de los átomos de hidrógeno se reemplaza con deuterio, un isótopo pesado de hidrógeno. Debido a que el agua simple y el agua pesada se forman bajo diferentes condiciones, su proporción se puede usar para rastrear cuándo y dónde se formó el agua. Por ejemplo, se ha demostrado que esta proporción, en algunos cometas del Sistema Solar, es similar a la del agua en la Tierra, lo que sugiere que los cometas podrían haber proporcionado agua a la Tierra.

El viaje del agua desde las nubes a las estrellas jóvenes, y luego de los cometas a los planetas, ya se había observado anteriormente, pero hasta ahora faltaba el vínculo entre las estrellas jóvenes y los cometas. "En este caso, V883 Orionis representa el eslabón perdido", declara Tobin. "La composición del agua del disco es muy similar a la de los cometas de nuestro propio Sistema Solar. Se trata de una confirmación de la idea de que el agua de los sistemas planetarios se formó hace miles de millones de años, antes que el Sol, en el espacio interestelar, y ha sido heredada, tanto por los cometas como por la Tierra, con cambios relativamente escasos".

Pero observar el agua resultó ser complicado. "La mayor parte del agua presente en los discos de formación planetaria está congelada como hielo, por lo que generalmente está oculta a nuestra vista", afirma la coautora Margot Leemker, estudiante de doctorado en el Observatorio de Leiden (Países Bajos). El agua en forma de gas se puede detectar gracias a la radiación emitida por las moléculas a medida que giran y vibran, pero cuando el agua está congelada resulta más complicado, ya que el movimiento de las moléculas está más restringido. El agua en forma de gas se puede encontrar hacia la zona central de los discos, cerca de la estrella, donde la temperatura es mayor. Sin embargo, estas regiones cercanas están ocultas por el propio disco de polvo, y además son demasiado pequeñas para ser captadas por nuestros telescopios.

Afortunadamente, en un estudio reciente se comprobó que el disco V883 Orionis está a una temperatura inusualmente alta. Una impresionante emisión de energía procedente de la estrella calienta el disco "hasta una temperatura en la que el agua ya no está en forma de hielo, sino de gas, lo cual nos permite detectarlo", declara Tobin.

Para observar el agua en forma de gas de V883 Orionis, el equipo utilizó ALMA, un conjunto de radiotelescopios situado en el norte de Chile. Gracias a su sensibilidad y capacidad para distinguir pequeños detalles, pudieron detectar el agua y determinar su composición, así como mapear su distribución dentro del disco. A partir de estas observaciones, descubrieron que este disco contiene al menos 1200 veces la cantidad de agua presente en todos los océanos de la Tierra.

En el futuro, esperan utilizar el próximo Extremely Large Telescope (ELT) de ESO y su instrumento de primera generación METIS. Este instrumento de infrarrojo medio podrá resolver la fase gaseosa del agua en este tipo de discos, proporcionando información más precisa sobre la trayectoria del agua desde las nubes de formación estelar hasta los sistemas solares. "Esto nos dará una visión mucho más completa del hielo y el gas en los discos de formación planetaria", concluye Leemker.

Información adicional

Este trabajo de investigación se ha presentado en el artículo “Deuterium-enriched water ties planet-forming disks to comets and protostars”, publicado en la revista Nature (doi: 10.1038/s41586-022-05676-z).

El equipo está formado por John J. Tobin (Observatorio Nacional de Radioastronomía, EE.UU.); Merel L. R. van’t Hoff (Departamento de Astronomía, Universidad de Míchigan, EE.UU.); Margot Leemker (Observatorio de Leiden, Universidad de Leiden, Países Bajos [Leiden]); Ewine F. van Dishoeck (Leiden); Teresa Paneque-Carreño (Leiden; Observatorio Europeo Austral, Alemania); Kenji Furuya (Observatorio Astronómico Nacional de Japón, Japón); Daniel Harsono (Instituto de Astronomía, Universidad Nacional Tsing Hua, Taiwán); Magnus V. Persson (Departamento de Espacio, Tierra y Medio Ambiente, Universidad Chalmers de Tecnología, Observatorio Espacial de Onsala, Suecia); L. Ilsedore Cleeves (Departamento de Astronomía, Universidad de Virginia, EE.UU.); Patrick D. Sheehan (Centro de Exploración Interdisciplinar e Investigación en Astronomía, Universidad Northwestern, EE.UU.); y Lucas Cieza (Núcleo de Astronomía, Facultad de Ingeniería, Núcleo Millennium para exoplanetas jóvenes y sus lunas, Universidad Diego Portales, Chile).

El Observatorio Europeo Austral (ESO) pone a disposición de la comunidad científica mundial los medios necesarios para desvelar los secretos del Universo en beneficio de todos. Diseñamos, construimos y operamos observatorios de vanguardia basados en tierra -utilizados por la comunidad astronómica para abordar preguntas emocionantes y difundir la fascinación por la astronomía- y promovemos la colaboración internacional en astronomía. Establecida como organización intergubernamental en 1962, hoy ESO cuenta con el apoyo de 16 Estados Miembros (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza), junto con Chile, país anfitrión, y con Australia como socio estratégico. La sede de ESO y su planetario y centro de visitantes, el ESO Supernova, se encuentran cerca de Múnich (Alemania), mientras que el desierto chileno de Atacama, un lugar maravilloso con condiciones únicas para observar el cielo, alberga nuestros telescopios. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope junto con su interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer), así como dos telescopios de rastreo: VISTA, que trabaja en el infrarrojo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT), que rastrea en luz visible. También en Paranal, ESO albergará y operará el Cherenkov Telescope Array South, el observatorio de rayos gamma más grande y sensible del mundo. En Chajnantor, junto con socios internacionales, ESO opera APEX y ALMA, dos instalaciones que observan los cielos en el rango milimétrico y submilimétrico. En Cerro Armazones, cerca de Paranal, estamos construyendo "el ojo más grande del mundo para mirar el cielo": el Telescopio Extremadamente Grande de ESO (ELT, Extremely Large Telescope). Desde nuestras oficinas en Santiago (Chile), apoyamos el desarrollo de nuestras operaciones en el país y nos comprometemos con los socios chilenos y con la sociedad chilena.

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sábado, 4 de marzo de 2023

Las muestras del asteroide Ryugu contienen materia orgánica más antigua que el Sistema Solar

Las muestras del asteroide Ryugu contienen materia orgánica más antigua que el Sistema Solar

El primer vistazo a las muestras de Ryugu reveló que el asteroide tenía un "complemento rico" de moléculas orgánicas solubles


Deena Teresa  24 de febrero de 2023 07:58 a. m. EST

El análisis inicial de las muestras del asteroide Ryugu enviadas a la Tierra por la nave espacial japonesa Hayabusa2 ha revelado que el asteroide tiene un "complemento rico" de moléculas orgánicas. [...] Según la NASA y un equipo internacional de científicos, el descubrimiento corrobora la idea de que el material orgánico del espacio desempeñó un papel importante en el inventario de los componentes químicos esenciales para la vida
Los equipos de investigación internacionales observaron la materia orgánica macromolecular en Ryugu y las moléculas orgánicas solubles en agua. Aunque se sabe que las moléculas orgánicas son los componentes básicos de la vida terrestre, también pueden producirse mediante reacciones químicas que no involucran vida. Esto apoya la hipótesis de que las reacciones químicas en los asteroides pueden producir algunos de los ingredientes de la vida.

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